Entre los días 2 al 5 de Septiembre, los alemanes aseguraron que no realizarían ningún ataque sobre la guarnición, para nosotros parecían no tener fin los malditos bombardeos nazis.
General Fedor Von Bock |
Eberhardt comento al general Fedor Von Bock, que era totalmente imposible una acción por tierra. En la mañana siguiente, los motores de los Stukas nos sobresaltaron a todos, la temida y potente Luftwaffe, con un total de 60 bombarderos y más de 100 bombas, iban a caer sobre nuestras posiciones.
Estabamos totalmente aislados y a merced de nuevos ataques. Y para agravar nuestra situacion, no disponíamos de antiaereos para poder repeler los ataques de la aviación alemana. Hoy dia 2 de Septiembre de 1939, el ataque sobre Westerplatte fue demoledor para la moral y las instalaciones polacas.
Era ya dia 6 cuando uno de los nuestros, un polaco que trabajaba para los nazis, le comunico que nuestra posición no disponía de búnkeres subterráneos.
A las 3:00 del dia citado, enviaron un tren en llamas contra el puente natural, el maquinista aterrorizado desacoplo demasiado pronto el tren y este no pudo alcanzar la cisterna de aceite que era su objetivo. Si este ataque hubiera tenido éxito, nos hubieran dejado literalmente y perdonen mi expresión “con el culo al aire”. Un golpe de suerte, el vagón ardiendo que había quedado tras el ataque alemán, nos proporciono ventaja y nos quedo un campo de tiro perfecto. Produciendo numerosas bajas alemanas. Esa misma tarde reintentaron el ataque con otro tren que también fracaso.
Stukas en formacion |
7 de Septiembre, ya había tomado la decisión de abandonar la lucha. Después de todo, los alemanes estaban a las puertas de Varsovia. Era cuestion de tiempo.
A los heroes de Westerplatte |
04:30, un intenso fuego alemán caía sobre nuestra posición, el ataque se prolongo durante más de dos horas, concretamente hasta las 07.00. Incluso con lanzallamas éramos atacados, aun así, y no sé cómo, conseguimos repeler el ataque.
A las 09:45 , mande a uno de mis soldados mostrara la bandera blanca. Seguir defendiendo aquel lugar era un autentico suicidio. Kleikamp, con sus tropas formadas, eran testigos de cómo yo y mis hombres abandonábamos la guarnición a las 11:33. Era el final de una larga e inesperada batalla para los alemanes. Mis hombres y yo pasaremos a la historia como héroes.
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Fuente: Grandes Batallas de la II G.M. Editorial General: Dr. Chris Mann
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